En principio, te explicaré porque es importante proteger tus diseños. Si partimos de que ese diseño (creación) significa para tí un activo en tu empresa, ya sea que vayas a reproducirlo para venderlo o solamente exhibirlo (como obra de arte), el que nadie más tenga la autorización de hacer uso de ella te beneficia, no solo por la exclusividad de explotación que ello significa sino porque se convierte en un distintivo asociado a tu marca y estarás en posibilidad de crear una comunidad de consumidores que te identifique por ese aspecto y aún mas importante, que esa sea la razón por la que son fieles a tu marca.

La protección es en sí un elemento de prestigio, que utilizado de la manera correcta será el impulso para el desarrollo de tu marca.

¿Qué debe tener tu diseño para poder solicitar su protección?

El único requisito es que sea Original, es decir, que no exista otro igual en el mercado o ,que de existir, el tuyo suponga una ventaja o tenga la distintividad suficiente sobre este.

Existen diversas maneras de conseguir la protección de un diseño, ya sea como marca (en cualquiera de sus tipos), diseño o dibujo industrial, patente, modelo de utilidad, derechos de autor, o ninguna de las anteriores. Sí, quizá en ocasiones no necesites mas que la ayuda de alguna herramienta tecnológica.

Especialmente en la industria de la moda, debido al dinamismo natural de la misma, deberás explorar el mejor mecanismo de protección, el tiempo con el que cuentas para conseguirla, la duración de tu diseño en el mercado y tu modelo de negocio, son la clave para discernir entre uno u otro tipo de protección.

La ley te venderá niveles de exclusividad en función a la originalidad de tu diseño y créeme, es lo que menos importa. El título más amplio y más costoso no es proporcional al éxito que pueda tener tu marca. Para protegerlo, necesitas la misma creatividad con la que fue creado.